lunes, 22 de abril de 2013

Crónica de "Los Miuras": "Hasta el rabo, todo es Toro" por D. Pedro Salado Illanes, abonado, aficionado y asesor artístico y colaborador de Toros 2.0









"HASTA EL RABO, TODO ES TORO", por D. Pedro Salado Illanes:

Allá por el mes de Febrero, cuando los cuñadísimos D. Eduardo Canorea y D. Ramón Valencia, nos mostraron el “cartelito de la crisis”, todos pensamos lo mismo. Flaco favor, el de estos dos señores, a aquellos MATADORES DE TOROS SEVILLANOS que siempre dieron la cara en nuestra plaza, y que tratan de abrirse camino en un cada vez más difícil mundo del toro. De esa manera, vimos como se quedaban en la puñetera calle los cameros Esaú Fernández y Alfonso Oliva Soto. Como incomprensiblemente, y sin saber el porqúe, Manuel Escribano no habría de pisar el coso del Baratillo y, en cambio, sí podíamos observar como los cuñadísimos cerraban la cartelería con absurdos “manos a manos”, así como corridas en solitario de "las figuras", dicho sea con todos mis respetos.

Fue una cornada; una fea cornada, la que la empresa daba al toreo de Sevilla. Una cornada que, no rompe femorales, pero que sí destroza ilusiones; una cornada que, no te manda al hule del quirófano, pero sí, en cambio, te envía de cabeza a la tumba del olvido. 

Pero, todo estaba dispuesto, y el destino quiso que todo fuese de otra manera. Con cornada, sí. Con una gravísima cornada que un toro de Cortés, con cinco años y medio cumplidos, propinó a un figurón del toreo llamado Julián López “El Juli”.

Julián, al que desde estas líneas le deseamos una pronta recuperación, seguro que hoy se alegra, y es consciente, que su cornada no fue en vano. Por su tributo de sangre, Antonio Nazaré, se encontró con un gran toro de Victoriano del Rio, al que desorejó tras bordar el natural. Y por su tributo de sangre, Manuel Escribano, escribió ayer con letras de oro, que el toreo en Sevilla se hace por abajo y de verdad. Espero que las orejas de ayer sirvan para algo y logren dar alas a su temporada, habida cuenta de la gran tarde de toros que regalo a la afición de Sevilla, ni más ni menos, que ante el ganado que pasta en la finca “Zahariche”. 


Hasta el rabo todo es toro y hoy son dos chavales de Sevilla quienes se disputan el trofeo de "triunfador de la feria". 


Que tomen nota los “cuñaitos”. 


Domingo 21 de Abril. 14º de abono. Toros de Miura para una terna formada por Rafaelillo, Javier Castaño y Manuel Escribano (sustitución de El Juli).

Por fin, tarde primaveral de agradable temperatura, lleno aunque sin llegar a colgarse el cartel de no hay billetes.

Magnifica resultó la corrida de la legendaria vacada de D. Eduardo Miura. Interesante de principio a fin. Magníficos resultaron segundo y sexto; peligroso, el que salió en cuarto lugar. El primero, reservón; y, parados e interesantes, tercero y quinto.

¡Una corrida de las que hacen afición de verdad! Lástima que no se retransmitiera para que la hubiera podido ver toda España y parte de América. Ayer, uno de esos días en los que no puedes evitar acordarte de aquellos que te enseñaron esta bendita Fiesta y que te hace mirar al cielo, esperando ver a

aquellos viejos aficionados de mascota y bastón, chambra y reloj de bolsillo, asomado a los balcones del cielo que dan al coso del Arenal. Cuando sale el toro bravo, todos nos ponemos de acuerdo, y hasta las lagrimas asomaron en los ojos de D. Antonio (Toto) Miura. Nunca pudimos imaginar mejor broche de oro. 

Primero de la tarde. De nombre Mascota, marcado con el numero 35, nacido en Febrero de 2009, cárdeno y con 558 kilos de peso.

Fue este un toro reservón, típico de Miura aunque se paró pronto. Rafaelillo anduvo en torero siempre con él, aguantando miradas escalofriantes, dando siempre el pecho, cargándole la suerte y pudiéndole por abajo. Surgió algún que otro derechazo así como naturales limpios. El público se entrego a una labor de torero honrado, buscando siempre la pureza y con un valor asombrante. Pinchó antes de conseguir una estocada completa. Fuerte ovación y saludos desde el tercio.


El segundo fue un cárdeno oscuro de nombre Almendrero, herrado con el número 34, nacido en Enero de 2009 y con 547 kilos de peso. Fue un gran toro en todos los tercios. Frente a él, pudimos ver a un Javier Castaño que venía a refrendar anteriores triunfos con los de Zahariche. Todo se le hizo perfecto. Perfecto se picó y perfecta resultó la lidia en banderillas. Cuadrillón el de Javier Castaño, que, sin duda alguna, tendrá que repartirse todos los premios a los de plata Marcos Galán, David Adalid y Fernando Sánchez, para los que sonó la música y fueron obligados a saludar montera en mano. Luego, el toro humillo; transmitió; galopó; se rebosó por los ambos pitones; tuvo fijeza; acometividad; emoción; largura y dureza, y todo aquello que se le puede pedir a un toro bravo. Anduvo bien Castaño, que aunque sin llegar a conectar del todo con los tendidos, sin mebargo, toreó por ambos pitones con buen oficio. Lástima que lo pinchara dos veces, antes de cobrar una estocada entera. Ovación al Leonés y fuerte ovación al toro en el arrastre, al que, incluso, se le pidió la vuelta al ruedo -no se ¿hacia dónde? estarían mirando tanto el asesor artístico "Finito se Triana" como la presidenta Doña Anabel Moreno-. 

Guindalero se llamó el tercero. Marcado con el numero 61, cárdeno oscuro, nacido en febrero de 2009 y con un peso de 606 kilos. A chiquero se va Escribano. Larga cambiada en la que sufre desarme y animoso toreo a la verónica. Cumple el toro en el caballo. Quite por ajustadas chicuelinas, muy quieto. Espectacular tercio de banderillas protagonizado por su matador. Con la muleta se fue a los medios para citar y echárselo por la espalda en un pase cambiado. El toro derrota arriba, es complicado y bravo; no obstante, aguanta Escribano en un trasteo interesante aunque sin lucimiento. Unas manoletinas finales. Pinchazo y estocada. Ovación.
En cuarto lugar salió Rayito. Guapo toro cárdeno mulato y listón con magnificas hechuras. Espectacular fue la salida acometiendo con bravura a los cites de los peones y rematando en tablas abajo. Lástima, que tras un remate en el burladero de la primera suerte, se partiera el pitón izquierdo por la cepa. Pañuelo verde. 


El sobrero, del mismo hierro, venia en Miura Miura, quien no podía negar su encaste Cabrera. Fue el de mayor peso de la tarde con 616 kilos, de pelo cárdeno oscuro, marcado con el núm. 53 y nacido en Enero de 2009. Fue éste la "alimaña de la tarde" desde su salida. Rafaelillo lo paró en terrenos del cinco por meritosas verónicas que fueron ovacionas, por cuanto la condición del toro fue de no romper nunca hacia delante, además de acordarse de lo que se quedaba atrás revolviéndose peligrosamente sobre las manos. Corneó con destreza el peto del caballo haciendo sonar con fuerza el estribo y sin dejarse pegar. Se frenó mucho en banderillas, poniendo en serios apuros a la cuadrilla de Rafaelillo. 

Ya con la muleta hizo lo que se esperaba. La hábil muleta de Rafaelillo, se mostró siempre firme pudiéndole desde primera hora y jugándose seriamente la cornada. El publico supo apreciarlo y pasó verdadero miedo en varias coladas escalofriantes, queriéndole arrancar la cabeza al torero. Si malo era por el pitón derecho, por el izquierdo sabia “latín”. Simplemente, no tenía ni un solo muletazo y la tragedia se mascaba cada vez que el valiente torero Murciano le presentaba el pecho, así como su pequeña y plana muleta. Al final, optó por la lidia que el de Zahariche merecía. Dobladas muy toreras tocándole las orejas y juntándole el hocico con el rabo. Muy bien, Rafaelillo, con el peor lote de la tarde.

Se perfila en la suerte natural y deja un estoconazo en todo lo alto. El toro dobla en terrenos del tres. Fuerte ovación y saludo desde el tercio.

Serón se llamaba el quinto. núm. 37, cárdeno, con 597 kilos y nacido también en Enero de 2009. Gran toreo a la verónica de Castaño, algunas de ellas muy templadas, largas, echando la pata adelante y con empaque. Cumplió Serón en varas y, tras el cambio de tercio, otra vez su formidable cuadrilla puso a Sevilla en pie. Magnifica la briega de Marcos Galán, corriéndolo hacia atrás para, una vez descolgado, lancearlo por ambos pitones con largura y templanza, y dejándolo perfectamente puesto en suerte. Para que nada faltara, vimos tres pares de banderillas de los que no se olvidan. Como ya dije antes: cuadrillón de subalternos de los que no se ven fácilmente. Empezó el trasteo de muleta en el tendido nueve. Surgieron muletazos limpios y largos por ambos pitones siempre que le bajó de verdad la mano. Bueno el Miura. Nuevo intento al natural, tres largos y un enganchón. Serón no quería nada por arriba. Gran estocada. Fuerte ovación en el arrastre y vuelta al ruedo de Javier Castaño. 


A estas alturas de la tarde, todos éramos conscientes de la gran corrida de toros que estábamos presenciando. Nadie quería que aquello terminara, pero la realidad era que quedaba solo un toro. Datilero, cárdeno, marcado con el núm. 31, con 563 kilos de peso y como sus anteriores hermanos nacido en Enero de 2009, aguardaba aún en los chiqueros que dan a la calle Antonia Díaz cuando Manuel Escribano, sin pensárselo dos veces, atraviesa ipávido, sereno y con paso firme y lento el trayecto que hay desde los burladeros de matadores a la mismísima puerta de los chiqueros. Sale Datilero, aguanta Escribano arrodillado, la larga resulta esta vez más limpia. Luego, llegó un ramillete de verónicas de las cuales sobresalieron dos por el pitón derecho y una media muy ceñida, llevándoselo muy atrás de la cadera. Gaoneras al paso y revolera que deja en suerte al Datilero ante el caballo. Cumple en varas aunque Escribano no permite que se le pegue demasiado. 

De nuevo resulta lucido el tercio de banderillas que realiza el propio matador, destacando un par al quiebro y violín que no habíamos visto antes. Bien en la briega Ignacio González (al que echamos de menos a las órdenes de Esaú Fernández que, como dije anteriormente, debería haber estado presente en la feria).
Empieza la faena en los medios. Siempre dispuesto, firme y templado. Impone esa primera fase de muleta pudiéndole por el pitón derecho. Suena un fandango desde el tendido y la muleta de Escribano se tiempla aún todavía más. El toro lo quiere todo por abajo; es bravo y tiene calidad. Suena el pasodoble Puerta Grande por Tejera y el de Gerena se echa la muleta a la izquierda. Cuatro naturales largos, de mano baja y templados. Otra serie más, esta vez a cámara lenta. Trincherazo, cambio de mano y adornos: todo muy torero y gustándose. Monta la espada y deja un estoconazo en el mismísimo hoyo de las agujas. Rueda datilero como una pelota. Locura en los tendidos. Vuelta al ruedo al de Zahariche y dos orejas para Escribano. 


Por poner un “pero”, creo que se debería haber invitado a dar la vuelta al ruedo al mayoral de la legendaria ganadería. 


Un cordial saludo a la afición,


Pedro Salado Illanes, 



Aficionado y asesor artístico y 
colaborador de Toros 2.0



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