jueves, 11 de julio de 2013

Manolo Vázquez torero de Sevilla...






Manolo Vázquez torero de Sevilla... 

!...Y cante y canto y encanto
o embeleso de brujería
de mágico señorio torero
es Manolo Vázquez...!
(José Bergamín)




Vídeo: Despedida de Manolo Vázquez el 12 de octubre de 1983 en Sevilla, en la que protagonizó un mano a mano con Antonio Chenel "Antoñete". Segundo toro al que cortó a dos orejas.


6 comentarios:

  1. Dice el poeta en su retrato “Y, antes que un tal poeta, mi deseo primero/ hubiera sido ser un buen banderillero”. No se lo que Don Manuel quiso decir con lo un buen banderillero, además ni lo pretendo, hago la interpretación libre que a mí se me ocurrió viendo un día un reportaje sobre un banderillero de Barcelona, un tal Mario Romero. Todo el mundo se preguntará lo que vio este chico en lo de ser un banderillero para cambiar su reputación y una vida acomodada por ponerse delante de un toro. Seguramente lo mismo que don Manuel, que hubiera preferido unos momentos fugaces y efímeros delante de un toro, al reconocimiento de un arte alabado universalmente, como es la poesía, que produce obras imperecederas y un nombre en la historia. Un banderillero está condenado al olvido, pero vive un momento irrepetible, un momento de verdad en que la vida se juega por nada. Claro que la mayoría de los banderilleros y de los toreros se pondrán delante del toro por otros motivos, pero hay un motivo que está por encima de todos, que es la esencia del toreo, la verdad; el ir por la vida de frente, por derecho, dando la cara, sin trampa ni cartón, a pecho descubierto, decir ¡aquí estoy yo! Esta es la verdadera cara del toreo, una sensación de la que no se puede privar a nadie que la quiera experimentar, y que como vemos Manuel Machado hubiera preferido a toda su gloria universal e inmortal. No habrá ningún cantamañanas que se crea más autorizado que él para enjuiciar a quien se pone, de verdad, delante de un toro. Si alguien me discute la validez estética del arte del toreo le mando al poeta.

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  2. También con ocasión de un reportaje televisivo me enteré de la existencia de una asociación de aficionados taurinos que se llama la peña "los Suecos” (http://www.los-suecos.com/). El reportero le hacía a algunos de estos escandinavos la pregunta de cómo se habían aficionado a los toros. Me llamó la atención la respuesta de uno de ellos, porque lo que contó era idéntico a lo que me había sucedido a mí. Explicaba este nórdico que en el año 1975 había ido a ver una corrida de toros en Palma de Mallorca y vio torear a Paco Camino, aquello le impresionó de tal manera que hasta hoy, le pareció algo grande, lo nunca visto, sintió una sensación tan fuerte de la que nació una afición para toda la vida. Exactamente yo sentí la misma sensación en el año 1976 o 77, no lo recuerdo bien, pero en Barcelona. Hasta entonces yo había visto bastantes corridas de toros y a varias figuras del toreo del momento, pero hasta el día en que vi a Paco Camino, no sentí el toreo como un arte. Y recuerdo que al finalizar aquella serie se levantó del asiento un señor mayor, (yo entonces tenía unos veinte años) que llevaba un sobrero cordobés, y le decía a otro, “eso es un torero, eso es torear”, y yo dije para mis adentros, ese hombre ha visto lo mismo que yo. El resto de la plaza ni se inmutó, claro que había mucho "guiri", pero el sueco tambien lo era y lo vio claro.

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  3. He puesto estos comentarios porque el 12 de octubre de 1983 yo estuve allí, lo vi en vivo y en directo; la única vez que he visto una corrida en la Maestranza. Además de la Faena de Manolo Vázquez me impresionó, y lo recuerdo como si fuera ayer, lo que es la plaza en si, la pulcritud, la limpieza, la finura, la elegancia, las formas, el comportamiento del respetable, el silencio absoluto entre pase y pase -se oye respirar al toro desde cualquier sitio de la plaza y los ¡je toro! del torero, como si los tuvieras al lado- aquello parece misa, pero con más devoción. Si alguien tiene la oportunidad de ver una corrida en la Maestranza, aunque no sea aficionado, que no se la pierda.

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  4. Finalmente, rogándote que perdones mi pesadez, a primeros del presente siglo volví con mi hijo a la Monumental de Barcelona para ver a José Tomás. Al primer toro de Finito le hizo el quite, y un individuo, con acento argentino, que se encontraba delante de nosotros, se volvió para decirnos ¡con esto ya hemos pagado la entrada! le contesté, ¡totalmente de acuerdo! Había visto lo mismo que yo. Fueron unos pases, esta vez con el capote, que me causaron la misma impresión que Paco Camino, el arte del toreo. El resto de José Tomás ya se sabe y he tenido ocasión de verlo varias veces.
    Al señor del sombrero cordobés, al sueco, al argentino y a otros cuantos visionarios, se nos ha aparecido la Virgen y tenemos la suerte de ver lo que otros no verán en su vida. El que tenga ojos para ver que vea, dijo El Maestro. Pero hay otros que, además de ciegos, se empeñan en impedirnos por la fuerza que veamos estas cosas y aquí, en Cataluña, ya lo han conseguido. Estos, además de burros, son unos criminales que utilizan la fuerza contra el que se gana la vida honradamente criando toros, el que la expone poniéndose delante de ellos y el que se emociona cuando hay un artista en la plaza. A ellos nadie los obliga a criar, a torear, ni a ver los toros, ¡que nos dejen en paz de una vez!

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  5. Gracias por tus comentarios, Pepe. Saludos taurinos a la afición.
    P.d.: Te animamos a seguirnos en facebook.

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  6. !Ah! Y, buena referencia la que haces de Manuel Machado -hermano de Antonio Machado-, tan silenciado respecto de su hermano Antonio.

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