viernes, 22 de marzo de 2013

"Aquellas tardes que se fueron..." Dedicado a los buenos aficionados a los toros. Por Diego Romero Salado.



"Aquellas tardes que se fueron..." Dedicado a los buenos aficionados a los toros. Por Diego Romero Salado.

Aquellas tardes que se fueron...



Rondaban los finales de los 70, y primeros años de la década de los 80; aquellos años en que me hice aficionado a los toros. Por aquél entonces, cuando aún era un niño, recuerdo que mi padre me recogió antes de la hora de salida del colegio para ir a ver a Pepe Luis Vázquez, quien aquella tarde toreaba su última novillada antes de doctorarse como matador de toros. Decía mi padre -que era muy exigente- que Pepe Luis era pariente por parte de madre -lo cual era cierto- y, ello, me despertó aún más el interés por ver al que yo creía desconocido. Nunca olvidaré aquella tarde soleada en la maestranza ni el paseíllo de Pepe Luis Vázquez Silva.




Debút de Pepe Luis Vázquez en las Ventas. 1979. (Reportaje)


Por aquél entonces, cuando todavía se respiraba el aroma de azahar del paso de palio de la virgen de la Concepción y, tras de él, la sobriedad y majestad del Gran Poder; cuando se acababa de anunciar la muerte de Cristo; en Sevilla ya empezaba a oler a romero! A romero de gloria de resurrección, y a romero de esencia y pureza de ese toreo eterno y sempiterno de Curro; Curro Romero, a capote de Paula, y a Chicuelinas de Manolo Vázquez. Expectación e ilusión, el Cachorro volvió a Triana, y Curro a Sevilla: !Era mi primer Domingo de Resurrección!


Y así todos los años; primero, el azahar y los acordes de “Esperanza Macarena”; pero, después, “Romero” y el pasodoble “Nerva”. Inolvidable los paseíllos de aquellos domingos de gloria; inolvidables aquellas verónicas de Curro; las chicuelinas de Vázquez, o el capote de Rafael. Y para rematar una media verónica de Antoñete. Esos, esos sí que eran días de gloria. Cómo añoro aquellas tardes.. Toros de Manolo González que se arrancaban desde el burladero del 6 hasta el caballo, en perfecta armonía y parsimonia a la voz del maestro. !Tercios que eran tercios! Tercios de quites inolvidables; tardes de ensueño, de pena y de gloria; pero... de ensueño. Tardes en que sólo ver el paseíllo compensaba el precio de la entrada. Como diría Bécquer, aquellas tardes que se fueron, aquellas ya no volverán...






Toreo de Capa: varios Maestros del toreo de Capote y 
Alfileres de Colores de Diego Carrasco



Eran carteles que bien valdrían una alegoría antológica del toreo del ultimo tercio del siglo pasado. Tercio en que prevalecía la calidad frente a la cantidad; las personalidad propia frente a la impropia que solo responde más a cuestiones de imagen o “marketing”. Si no, que se lo pregunten al maestro Luis Francisco Esplá, que, en la que fue una de sus últimas actuaciones con los toros de “Guardiola”, le dio al público de Sevilla unas lección de lo que es y no es cuando le pitaron para que dejara el toro entrar al caballo desde el centro de la plaza. Y, él ni corto ni perezoso se lo llevo a chiqueros; y se sentó en el estribo del 3 tan tranquilo,para que viera el público que ese toro no se arrancaba ni del tercio; como por cierto fueron los restantes.


Y, personalidad también la de José Antonio Campuzano; infinitamente mejor que muchas de las figuras del “marketing”, e incluso de la prensa del “corazón”. Todavía no se estilaba el empleo del marketing, que llegaría más tarde y que hoy todo el mundo reconocemos.

(seguirá...)

Diego Jesús Romero Salado


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