Resumen 4º abono, toros de Fuente Ymbro para Curro Díaz, David Mora y López Simón
Crítica: "Miedo Escénico" por D. Álvaro Acevedo (Cuadernos de Tauromaquia):
Coger la mano izquierda, sentir aquella embestida y escuchar el murmullo de la Maestranza fue suficiente para que se desencadenara el miedo escénico. Era comprensible: hasta ese momento la faena de Alberto López Simón discurría razonablemente bien por el lado derecho, con el animal metiendo la cara de cine y el chaval toreándolo con largura y ligazón, con frescura juvenil, con quietud e incluso con mando. La gente aplaudía con generosidad pero no por ello dejaba de tener la mosca detrás de la oreja. “Histérico”, marcado con el hierro de Fuente Ymbro, era de escándalo, y Alberto toreaba con decoro y con aplomo, pero sin que nadie se rompiera la camisa. Lo grave llegó al coger la izquierda: “Histérico” aumentó en dos metros su recorrido y López Simón no acertó a serenarse, mucho menos cuando se le metió el avispero de la afición en los tímpanos. El madrileño volvió a la mano diestra, se lió a pegar derechazos sin descanso, se puso de rodillas y acabó pinchando una vez antes de la estocada. En realidad daba lo mismo lo de las orejas: “Histérico”, un toro de ensueño, se había ido al desolladero y alguien le debía aún veinte naturales con la muleta arrastrando.
López Simón no le tuvo miedo al toro, sino al escenario. Prueba de ello, la manera de jugarse el tipo frente al sexto, un enemigo de cuidado que se venció mucho por los dos pitones hasta voltear a su matador. Ahora, los murmullos aparecieron por el peligro del oponente, no por la calidad de sus embestidas, y en ese escenario Alberto estuvo más cómodo. Y se la jugó de verdad.
El otro toro con peligro le tocó a Curro Díaz, que respondió con firmeza y valentía en una faena de más mérito que reconocimiento. Su otro toro no sirvió y, en cambio, fueron muy manejables los de David Mora. Con su primero tuvo buenos momentos, pero le veo que no acaba de progresar.
López Simón no le tuvo miedo al toro, sino al escenario. Prueba de ello, la manera de jugarse el tipo frente al sexto, un enemigo de cuidado que se venció mucho por los dos pitones hasta voltear a su matador. Ahora, los murmullos aparecieron por el peligro del oponente, no por la calidad de sus embestidas, y en ese escenario Alberto estuvo más cómodo. Y se la jugó de verdad.
El otro toro con peligro le tocó a Curro Díaz, que respondió con firmeza y valentía en una faena de más mérito que reconocimiento. Su otro toro no sirvió y, en cambio, fueron muy manejables los de David Mora. Con su primero tuvo buenos momentos, pero le veo que no acaba de progresar.
Foto: Carlos Núñez |
Es valeroso y quiere torear con sabor, pero a veces se acelera, estéticamente no se define, técnicamente necesitaría un asesor de nivel. El caso es que la faena a su primero, con series notables, no acabó de tomar vuelo, y la del quinto, un animal de mucha clase, tuvo muletazos despaciosos pero se vio lastrada por un castigo en varas creemos que excesivo. La casa, por unas u otras cosas, se quedó sin barrer.
Reserva de derechos: Los artículos firmados por terceros reflejan la opinión de sus autores, con los que el autor del presente blog no se identifica necesariamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario